La ingestión de refrescos con hidratos de carbono mientras se realiza una actividad física se ha impuesto ya en numeros deportes como el ciclismo o las carreras de maratón. La larga duración de estos esfuerzos hace necesaria una reposición continuada de los depósitos de glucógeno, principal fuente de energía del músculo.
La hidratación es uno de los aspectos fundamentales del rendimiento físico de los deportistas ya que durante el ejercicio prolongado la sudoración puede provocar importantes pérdidas de líquidos y electrolitos. Por ello, es necesario compensar estas pérdidas mediante bebidas de reposición hidroelectrolítica que eviten tanto la deshidratación como otros problemas de salud asociados.
Recientemente se ha publicado en la revista Archivos de Medicina del Deporte una investigación dirigida por el doctor Pedro Manonelles, presidente de la Federación de Medicina Deportiva (FEMEDE), en el que se concluye que los refresgos con hidratos de carbono combinados con electrolitos mejoran el rendimiento de los deportistas y contribuyen a la absorción intestinar de sodio y agua en mayor medida que otras bebidas.
Los efectos negativos de la deshidratación en el rendimiento deportivo dependerán del nivel físico de cada persona, de las condiciones ambientales y de tipo y duración de la actividad que se realice. A partir de una deshidratación del 2% es cuando el rendimiento deportivo comienza a verse afectado, mientras que si se supera el 5%, los signos de fatiga son ya muy significativos. Si el ejercicio se realiza en unas condiciones de elevada humedad y calor, la deshidratación será mayor y más rápida. Este estado provoca un estrés que se caracteriza por aumento de la frecuencia cardiaca y la temperatura corporal, y favorece la aparición de calambres musculares y golpe de calor.
Para preservar el balance hídrico y el rendimiento del deportista y contribuir a retrasar la aparición de fatiga, se recomienda una provisión adecuada de líquido, energía proveniente de hidratos de carbono y electrolitos.
En cuanto a la cantidad de hidratos de carbono necesaria, se recomienta que su concentración oscile entre el 4% y el 8% de la bebida, sobre todo cuando la actividad física se prolongue durante más de una hora, ya que ha demostrado una mejoría significativa en el mantenimiento de la resistencia en condiciones ambientales diversas, según un estudio publicado en la revista del Colegio Americano de Medicina Deportiva.
En cualquier caso, el mensaje es claro: hay que hidratarse antes, durante y después de hacer deporte y evitar las horas de más calor para minimizar los efectos nocivos de la deshidratación.
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