lunes, 19 de enero de 2015

Rotación por REA-trans - R2

¿Qué es la “REA-trans”? Os preguntaréis lo primero de todo. Es una unidad de reanimación-transición (como parte de su nombre indica) del servicio de Neonatología que existe en nuestro hospital. Se compone del equipo de enfermería pediátrica y de los pediatras que van a los partos y cesáreas. Cuenta con una salita con varias incubadoras donde ingresan “brevemente” los neonatos que nacen con alguna patología leve-transitoria o que necesitan observación unas horas sin necesidad de ingresar directamente en la planta. Si todo va bien, en unas horas se van a la Maternidad con sus madres evitando así el “ingreso real”. Si la cosa se alarga, pasan a hospitalización en la planta propiamente dicha. Y en el peor de los casos, tenemos al lado la unidad de cuidados intensivos neonatales. 

La rotación por la REA no sólo se basa en esta pequeña parte del servicio, sino que es mucho más completa. Tenemos 3 meses de rotación obligatoria, y 6 meses de guardias (unas 5 ó 6 al mes). Posteriormente, el año siguiente (de R3) tendremos otros 3 meses más de rotación por neonatos, pero esta vez será sólo en cuidados intensivos neonatales (CIN) con sus guardias específicas correspondientes. 

Durante los primeros días de rotación, 10-15 aproximadamente (yo empecé en Septiembre) los 5 compañeros del grupo estuvimos juntos en la REA aprendiendo el manejo del Servicio, y en ese tiempo no se hacen guardias aún (menos mal). Es totalmente diferente a lo visto hasta ahora. El paciente, el neonato, es un mundo aparte. El ver cómo nacen (no es lo mismo un parto normal que instrumental, y no digamos ya las cesáreas) El saber que si nace bien, el piel con piel es estupendo, pero si la cosa no va como debe, tú eres el pediatra y la reanimación inicial del pequeño está en tus manos… Aprender a explorar a un recién nacido sano… pero también a pequeños prematuros; como tratar a los padres en esta etapa de la vida (sobre todo los primerizos) Dar buenas y malas noticias… Y luego todo lo relacionado con la burocracia, programa informático, dónde están las cosas, etc. Sinceramente, el inicio, como casi todos los comienzos, fue cuanto menos, agobiante. Poco a poco, nos fuimos haciendo una ligera idea de cómo iban las cosas. Nos dieron unas charlas básicas sobre la patología más frecuente en el neonato y unas nociones sobre reanimación neonatal. Aunque no fue hasta Diciembre cuando pudimos realizar al curso oficial de reanimación que se da un par de veces al año; a nosotros nos pilló al final de la rotación. 

Después de esos primeros días de adaptación ya nos dividimos. Yo fui a la planta las primeras semanas, trabajo similar a cualquier planta de hospitalización. Con un adjunto responsable al cargo, vamos viendo a los niños, motivo de ingreso, evolución, informes. Algunos sencillos, como ictericias pasajeras o niños con bajo peso que tienen que engordar… otros totalmente complejos, prematuros de 25-26 semanas que llevan meses en intensivos y que pasan a la planta con sus diversas patologías y descompensaciones… todas las que podáis imaginar y más. Casos muy interesantes pero muy difíciles de entender y manejar. 

Y después en la segunda parte de la rotación, pasé a la REA. Mucho más llevadero una vez que se coge el ritmo. Por un lado, tenemos que organizarnos para subir a la maternidad a realizar la “primera exploración” de los niños que van naciendo. Generalmente, lo hacemos entre las primeras 6-12 horas de vida. Revisamos la historia materna, las ecografías del embarazo, las analíticas, si hay riesgo infeccioso, si tiene algún antecedente importante… que en todo esto es donde más tiempo se invierte… y luego exploramos al niño y vemos si necesita alguna prueba o alguna cosa. Si tenemos duda, se comenta con el adjunto, que generalmente está dando las altas de la Maternidad. 

Y luego, lo más importante como os he comentado antes, tenemos que estar pendientes de los partos y cesáreas para ir a las reanimaciones. Ingresar desde allí aquellos pequeños que lo precisen (bajos peso, prematuros, con dificultad respiratoria, con alguna anomalía a estudio, malformaciones, síndromes…) Generalmente vamos solos los residentes con las enfermeras, que son las que nos salvan la vida la mayoría de las veces porque tienen una experiencia y una maña que muchos quisiéramos. Y por supuesto, si la cosa se pone fea, llamamos a los adjuntos de intensivos. Sólo en casos de patología grave o grandes prematuros (que por otro lado en este hospital es un gran porcentaje de los casos) llamamos directamente a intensivos y son ellos los que atienden la reanimación, evidentemente, y nosotros miramos. 

Y en las guardias… pues el trabajo es el mismo pero estando un poquito menos acompañados y por tanto con algo más de responsabilidad. Cada día estamos 2 residentes, un “pequeño” que es el que en ese momento está rotando en la REA por las mañanas (somos “pequeños” 3 meses) y un “mayor” que es el que durante los otros 3 meses sigue haciendo guardias aunque cambie de rotación (3 meses somos “mayores”). El día de la guardia es similar a las mañanas, lo único distinto es que si a algún niño de la planta “le pasa algo” nosotros somos la primera llamada, teniendo que valorar si podemos resolverlo, o si tenemos dudas o es un paciente complejo (como casi siempre) pues consultamos a intensivos, porque de guardia no hay adjunto en sí de REA o de planta de neonatos. 

Otra responsabilidad añadida, es que en las guardias de los fines de semana, como no hay adjunto en la maternidad, es el resi “mayor” el que tiene que dar las altas de la maternidad por la mañana; aquellos niños que ya han cumplido 48 horas de vida y se pueden ir a casa (o algún día más si la madre ha tenido cesárea). Nuevamente se les explora y se les explica todo lo básico que tienen que saber en los primeros días. Es un momento un poco estresante... por la responsabilidad que conlleva. Dar el alta al bebé, asegurando que todo esté bien, que coma, que se lleve el informe, las citas con los especialistas si necesita… Aclarar las dudas de los padres, que son de lo más variadas… Pero bueno, en 2-3 días acudirán al pediatra de su centro de salud, y si pasa cualquier cosa antes o tienen dudas, pueden venir a urgencias. 

Globalmente, es una rotación bonita en la que como pasamos bastante tiempo solos tenemos que aprender rápidamente el manejo de algunas situaciones estresantes, y adquirimos poco a poco más independencia que en las rotaciones previas. El recién nacido sano es… increíble. Y también es alucinante ver cómo salen adelante algunos pequeños que se adelantan varias semanas en su nacimiento… Pero cuando pasamos a los extremos… Ya no me gusta tanto. Lo paso relativamente mal con el estrés inmediato: el que te despierten a las 2 de la mañana con un “Cesárea Urgente por desprendimiento de placenta”! Corriendo a quirófano! O cuando un niño nace sin esfuerzo respiratorio… esos primeros segundos en los que su vida depende de los que estamos allí… iniciar la reanimación… llamar o no llamar a intensivos… segundos eternos hasta que llora… Demasiada adrenalina. 

He visto casos espectaculares, varios tríos de trillizos, decenas de gemelares, prematuros de hasta 25 semanas, niños de más de 4 kilos, y niños de escasos 500 gramos... polidactilias, atresias de esófago, hernia diafragmática,  Síndrome de Edwards, síndromes que aún están sin filiar, muchísimas cardiopatías, fisuras palatinas y labios leporinos, malformaciones varias… Sospechas de infecciones connatales, aquellas que tanto costaba estudiarse durante el MIR… Hijos de madre con sífilis, VIH, hepatitis B, seroconversión de toxoplasma, citomegalovirus… Varicela neonatal. Sepsis. Neumotórax. Embarazos no controlados, adopciones... Isoinmunizaciones anti-A, anti-B… anti-E, anti-M (antígenos que no sabía que existían!!) He ayudado a realizar una exanguinotransfusión en un paciente con una isoinmunización anti-D… Y otras tantas cosas que se me olvidarán… 

La verdad es que echando la vista atrás, está siendo una rotación completita (aún me quedan 2 meses de guardias) Pero el estar día tras día viendo sólo recién nacidos, aunque sean muy interesantes… me llega a aburrir un poco. Echo de menos a los niños de 3 o 4 años contándome los dibujos que les gustan, sus sonrisas cuando les doy una pegatina y su mirada de felicidad cuando les regalo el depresor lingual (palito) Hablar con los pacientes. La carcajada de un lactante… Será simplemente que los neonatos no son lo mío… que no me “apasionan” o que tampoco me veo de neonatóloga toda la vida. Creo que lo tengo claro y que no me gustaría dedicarme únicamente a esta subespecialidad por muy interesante que parezca. Hasta el año que viene no rotaré por la uvi, pero por lo poco que he podido ver… no es mi sitio. 

Bueno, para ser la primera entrada del año me estoy alargando un poco… :P 

No me quiero despedir sin antes hacer mención a todos los estudiantes de medicina, de 4º y 6º que pasaron por la REA cuando estaba por allí por las mañanas, a los que pude atender en mayor o en menor medida explicándoles lo poco que sabía por aquel entonces, a los que me ayudaron a revisar las historias de los nuevos en la Maternidad, a los que vieron por primera vez conmigo el reflejo de Moro y me lo agradecieron, a los que se quedaron por las tardes de guardia cuando yo estaba, y a los que no tuve tiempo de hacer todo el caso que hubiesen merecido… Suerte a todos con los exámenes chic@s! 

Y como no, a los MIReros que no os queda nada! El último esfuerzo y seréis libres! El #2MIR15 os espera cargado de sorpresas seguro :)