“Un maizal. Un hombre con un bebé en brazos. Detrás un niño le sigue. Hay algo de humo. La escena tiene algo de irreal. ¿Qué sucede? El hombre sale del campo, y empieza a vislumbrarse que un accidente ha tenido lugar. Finalmente los restos de un avión destrozado indican lo ocurrido...”
Así comienza esta película que vi el otro día en casa, ya que la tenía apuntada como una recomendación que me dieron en una de las clases de psiquiatría.
Dirigida por Peter Weir, se centra en las distintas secuelas psicológicas que una catástrofe aérea produce en una serie de personas. El protagonista Max Klein, un arquitecto de San Francisco, se dirige con un amigo a Houston por asuntos de negocios. El avión se estrella y Max es uno de los pocos supervivientes de la catástrofe; tiene un comportamiento ejemplar durante el accidente y salva a varios pasajeros.
A partir de entonces presentará un extraño complejo de superioridad, desafiante ante todo, sin ningún tipo de miedo a nada ni nadie.
Carla Rodrigo, coprotagonista, perdió a su bebé en la tragedia, y se encuentra sumida en una profunda depresión. Max intentará ayudar a Carla, mientras descubre que nada puede amenazarle ya, ni siquiera las fobias del pasado.
Es una película para pensar y reflexionar sobre el sentido de la vida y la muerte. Propone un tema interesante y el inicio es muy bueno pero a medida que pasan los minutos a mí se me hizo un poco pesada… quizá lenta. El personaje de Max me resultó complicado, a veces con actitudes que no entendía… Pero al final parece que todo coge un sentido.
Pues mira, yo no la he visto, pero la apunto. Parece que es interesante, por lo menos el tema que trata.... Si la veo ya te diré si se me hace algo pesada.
ResponderEliminarBesicos
El tema tiene muy buena pinta, aunque yo no puedo con las películas lentas y no se si animarme a verla, que soy capaz de dejarla a medias... Hay un montón de pelis basadas en trastornos psiquiátricos, parecen mucho más interesante para los cineastas que el resto de enfermedades.
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